Autor/es: Jairo Ramírez R.
Hace muchos años, los animales domésticos, que hoy tenemos a nuestro servicio permanecían sueltos en grandes potreros, comiendo todo lo que la naturaleza les regalaba, pasando cada noche en un sitio diferente. Con el transcurrir de los años, y debido a los grandes avances de la civilización, el hombre les fue disminuyendo estos sitios, para lograr, así, una forzosa y una mayor producción de leche, de carne, de huevos, etc. Por esta razón los animales que tenemos ahora viven más en contacto unos con otros. Es por esto que al mezclarse sus defecaciones, deyecciones y desperdicios, es de gran importancia la prevención y el control de las distintas enfermedades que puedan presentarse y propagarse. La falta de una más fuerte y más efectiva atención en la aplicación de los medios con que contamos para evitar y en el caso de su aparición curar, es la que nos lleva a sufrir tan grandes pérdidas.